Nadie es ilegal. Dentro de un antiguo minisupermercado de una gasolinera abandonada, se instalaron una veintena de familias, la mayoría procedentes de Siria, en tiendas de campaña. Las condiciones de salubridad eran escasas y los menores hacía un par de años que ya no iban a la escuela. El 20 de marzo del 2016 entraba en vigor un acuerdo entre Turquía y la Unión Europea que agravaba la situación de las personas migrantes y refugiadas. En este acuerdo Turquía se comprometía a aceptar la rápida devolución de los migrantes en situación irregular y de los solicitante de asilo llegados a Grecia desde Turquía (cuyas solicitudes hubieran sido declaradas inadmisibles). Por su lado la UE se comprometía a aportar fondos a Turquía y reactivar las negociaciones de adhesion de Turquía a la UE. Grecia y Turquía eran los dos estados encargados de aplicar las medidas establecidas en el acuerdo. En junio del mismo año el ejército griego desalojó todos los campos improvisados, reubicándolos en campos militarizados de difícil acceso para los voluntarios internacionales. Polikastro, (Grecia), 06/2016 © Patricia Bobillo Rodríguez
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